26 mayo, 2008

Me invito a salir con ella

No es lo mismo que: me invitó a salir con ella, nótese el acento. Hace sólo cuatro días conocí una mujer divina. Era brasileña (me encantan las extranjeras), rubio, ojos celestes (usualmente mi preferencia son las morochas media multas), de cuerpo fenomenal. Toda una mujer. Al principio compartimos una mesa con sus tíos, pero dado que no me sentía a gusto, me retire a fumar un cigarrillo. Al poco tiempo ella se presentó.

-Oi (Hola, en portugués)

-Oi, ¿como va? (seguiría a continuación un portuñol mezclado con un spanglish, pero para placer de los lectores, lo voy a escribir en español).

- Me moría por fumar un cigarrillo.

- No hay problema, toma uno de los míos.

- Gracias, pero me gustan otros.

- Pídele a ellos que tienen.

- Uh, gracias.

Súmenle 120 minutos de conversación, pero de esas buenas conversaciones… no como las de pedir un cigarri…… ehh, no dije nada mejor. Resulta que ella es actriz, le gusta la bossa nova, quiere abrir un teatro de marionetas y por lo que pude ver, le gusto bastante. Fantástico, con el paso del tiempo, ella advirtió que estaban por irse sus tíos. Habló con ellos y negoció una cerveza más, para poder seguir parlando y mojando el pico. Antes de irse me dio el celular de su tía para que la llame el sábado para salir a deambular por Sueños Aires.

El Sábado la llame a las 21 hs. para ya ir organizando la salida. No atiende nadie. Llame nuevamente a las 21:30, 22 y hasta deje dos mensajes y un mensaje de texto. Era evidente; no podía comunicarme con ella y eso me alteraba.

Lo llame a un amigo en un último intento. El les había alquilado un departamento por unos días. Hable con él y para sorpresa me cuenta que se retiraron hoy de su departamento.

Nunca sabré si quizás a la tía le caí mal, o si no quería contestarme la brasileña, o si se marcho antes de lo estipulado. Nunca sabré si fue real lo que sentí cuando hablaba con ella. Quizás ella era la indicada para mí… o quizás, por el contrario, fue una de las tantas mujeres que me engañaron. ¡Changos!

22 mayo, 2008

TCP/IP/HOST/PUERTO

Preferiría no escribir esta problemática situación que padezco, pero justo cuando iba a desistir se me corto la luz. Esa primera parte esta escrita en papel y lápiz (Usted esta leyendo una copia del original).

(Ahora sigo escribiendo de manera virtual) Sucede que aunque no quiera admitirlo, no soy muy ducho para la computación. La verdad que cuando me supera la tecnología, intento comprenderla, pero si igualmente no da frutos mi intriga, me anulo totalmente.

Estuve actualizando algunos programas de mi PC, afortunadamente ahora los programas que me interesan funcionan perfectamente. En mi actualización, algunos programas me empezar a pedir cosas, como el puerto, el proxy, el Host, UDP, TCP/IP, etc. Me perdí en cuanto escuche, TCP, pensaba que era un nombre de “Turismo Carretera de Primera”, imagine una carrera de autos, nada más alejado de lo que significa. ¿Qué significa TCP? Todavía lo desconozco, me metí en buscadores, en páginas, en redes… buscando una respuesta y ninguna me sirvió. Mi pregunta era, ¿Cuál es mi tcp? ¿Cómo saber cual es mi host? ¿Y porque nadie quiero compartir mi helado de coco? Nadie me ayudo, ni siquiera con mi rico helado.

Entonces, como diría un amigo “en mi mundo inocente”, llame a mi servidor de Internet. Me logre comunicar con el servicio técnico, pero como siempre, nadie quiere ayudarme. Bastardos. Si no saben la respuesta, por lo menos mientan.

Para que se inventan tantas siglas que no facilitan el entendimiento tecnológico. Creo que seria mejor utilizar nombres como: Cosa que sirve para conectarse, aparato de velocidad, mi pc se llama… etc.

Los términos, terminan por complicarte.

05 mayo, 2008

Es simple, no es Claro

Volviendo a las típicas cotidianas, de pronto un día me cayeron quince celulares, los cuales no estaban habilitados correctamente. Por un lado, quince aparatos móviles (teléfonos celulares); por el otro, quince chips (memorias).

Me pidieron que los configure de manera que puedan sólo poder ser utilizados para realizar llamadas a sólo teléfonos específicos.

Tengo que confesar (por más que no lo creo un pecado) que no tuve un celular hasta los 20 años aproximadamente. Es más, era feliz de no tenerlo. Cuando entablaba una relación con alguna que otra mujer siempre llegaba la instancia en que me pedía mi celular, a lo cual respondía con orgulloso: “No tengo”.

¡Ahhh! que lindos días eran aquellos, en los que no recibía mensajitos de este estilo: “¿Qué haces?”, “Estoy aburrido”, “Solo quería saludar”.

Retornando a lo que me compete, mí misión era simple, tenía que poner los teléfonos en línea. Me hice pasar por el encargado de las líneas, teniendo en mi poder su DNI y fecha de nacimiento (con esos datos uno pude inutilizar cualquier teléfono; cuidado con andar repartiendo esos dos datos, nunca se sabe quien puede cagarte el chip, la línea, el teléfono, o simplemente la vida). Llame a la sector empresarial, donde me atendieron rápidamente. Entendí rápidamente que no era simple lo que pedía (la repetición de la palabra simple tiene propósito, no es que no sepa sinónimos). En el mundo celular, y no hablo del mundo microscópico, existen varios códigos que anulan a códigos anteriores a los códigos del código. Enumeremos: PIN (4 números), IMAI (16 números), PIN2 (4 números), PUK (4 números), PUK2 (6 números), NUMERO DEL CELULAR (10 números) y CODIGO DE AREA (3 números). Aunque no parezcan muchos números les diré el total: 47 x 15 (total de teléfonos): 705 números. Sin contar los cinco contactos que debía agregar en cada agenda, con sus respectivos números telefónicos.

Luego de haber hecho 15 llamadas telefónicas aproximadamente pues siempre tenia problemas con la configuración pertinente, llamada marcación fija, configuración de costos, pin2, agregar contacto, nombre, teléfono, etc. La simplicidad se agravio, además de que no podían (política empresaria) dar más de cuatro pin2 por llamada, el mail que me solicitaron hacer la solitud del PUK2 de la flota de teléfonos, nunca fue respondido aun cuando fue propiamente solicitado según la solicitud solicitada (se me lenguo la traba sin solicitarlo). Mi paciencia se transformó en violencia conceptual, he hice lo peor que pude haber hecho, trate de hacer razón al empleado de otro lado de la línea, traté de darle a entender que la burocracia info-telefónica y las instrucciones de activación no eran claras.

Al cabo de una semana, estaba exhausto, y decidí hacer lo sensato, que ellos lo hicieran por mi. Fui hasta una de las sedes. Por fin iba a lograrlo. Me equivoque, todo se puede reducir a esta doble respuesta: “Nosotros no nos encargamos de hacer la habilitación, eso corre por parte del usuario”. “Trate con un ejecutivo de cuentas”.

La última es chistosa pues cuando pedí uno, me dijeron que ellos los asignan y no se pueden pedir, al preguntar porque no me respondieron que no sabían como asignarlos. Cuando sea grande quiero ser ejecutivo de cuentas. Trabajo para los clientes que me asignen pero como los que asignan no saben como, término ganando un sueldo mejor que el incompetente empleado que no fue capacitado para asignarme a los clientes.

No voy a terminar mi historia con un final abierto, logre hacer todo como se debe. ¿Quién me ayudo? Nadie, me enyogice y con mi energía zen logre el cometido, estuve sin fuerza vital durante 15 días. Casi muero por una simple tarea.


La simplicidad no tiene nada que ver con la claridad.

Lesión, lección.

Fútbol, 39... lección para no lesionarte, preparación, no preparación y baldosas rotas.

Días atrás desperté, el grisáceo día amanecía junto a mi. Recibí el llamado de un amigo para ir a jugar al fútbol. Era temprano y las nubes no eran favorables. Me propuso jugar a las afueras de la ciudad. Arreglamos un lugar para encontrarnos e ir en auto hasta la locación correspondiente.

En ruta íbamos cuando el sol se hizo respetar. Las nubes se dieron por vencidas. El campo de juego irradiaba verde. El partido que se jugo fue aceptable. El primer tiempo fue excelente, el segundo fue defensivo. De un 4-0 termino en un 4-3. Ganamos con lo justo, la victoria no fue sabrosa, pero si las cervezas que tomamos luego. Jugamos amistosamente un poco más al fútbol.

Corrí durante toda la tarde, transpire, sude y fue formidable como aproveche el aire libre.

Pasadas las horas la noche derrocó a la luz. Con energía positiva me dirigí a un bar donde pasan una excelente música para bailar, funk es su nombre. Baile acompañado, tome un tinto y baile un poco más.

Digamos que me ejercite durante casi 9 horas, pero como el ejercicio fue hecho con placer no fue ejercicio, fue un juego.

Al terminar la noche, es innegable que el juego y los brebajes hicieron efecto. Salí del baile y me fui a tomar el autobús devuelta a casa. El ómnibus paso por al lado mío, me apure para no perderlo. Ahí fue cuando culpe a mi bella ciudad de no ser tan bella, una de las baldosas estaba destrozada y provoco que mi pie se doble de dolor. Aguante el punzante tirón y seguí corriendo para no perder el colectivo. Logré llegar a la parada a tiempo. El trolebús era el 34.

Tenia que tomar el 39…

Cuando se acaba el juego, por más que uno gane y la pase bien, se deleite; pocas veces esa victoria se refleja en nuestras vidas. Aun así, la vida es un juego pero las reglas no son específicas.


ENCUESTAS ANTERIORES

¿Qué respondería?

¿Debo seguir con estas encuestas?

La respuesta de un mail

¿Que fuente puedo utilizar?

¿Sabe que es una promoción?

Se saca fotos carnet y le salen todas mal...

Llama para hacer una queja y lo ponen en espera

Ve SU mujer/hombre en la parada del colectivo