Honey Beer

Me tomé unos días de reposo cerca del mar. En una de sus noches, decidí hundirme en la rebajes de la noche. Un maestro zen, no debe dejarse llamar por la noche y sus vicios, pero como el maestro es una persona que tiene que experimentar para dictaminar su camino… me fui de joda.

Entré en un bar, el cual conozco de mi ciudad natal; franquicias y monopolio atacan todos los frentes. Me pedí una pinta de cerveza artesanal, la honey beer. La cual para mi placer, estaba más barata que la misma pinta que sirven en mi ciudad.

Empecé a disfrutar mi cerveza, admitó que no era la primera, anteriormente había tomado otras por otros puntos de la urbe cercana al mar. (Hice lo contrario, al igual que un tal Jebús allá por el año 0, decidí empezar por lo malo y terminar con lo bueno, él lo hizo con vino a una edad temprana, yo lo hice con cerveza). Reflexionaba sobre lo que puse entre paréntesis, y me sentí a gusto. También reflexione sobre el origen de la cerveza de miel, o su original, la hidromiel: Hace muchos, muchos años… digamos, tres mil años atrás… el suegro del esposo debía proveer de cerveza de miel, ilimitadamente por un periodo, ese era el ciclo lunar. De luna a luna, durante ese tiempo el esposo se saciaba hasta el empacho en ese elixir; de hay viene el nombre, “Luna de Miel”. Resulta que como advertirán, soy una enciclopedia de información inútil, me sirve para que la gente admire mis bastos conocimientos en el conocimiento de lo “nunca servirá para vivir” y digan: “Mira vos, que interesante.” Para luego terminar con el tema pues no da para más, a menos que te retruque con otro dato de información inútil, un ejemplo clásico es: "Y sabias que la palabra “salario” viene de los tiempos en que a los hombres se les pagaba con sala… por ello es “mala suerte” pasar la sal de mano en mano, pues implicaba que te quedabas con sal pegada en la mano."

Dado que estaba divagando en mis corrientes, la cerveza empezó a desnivelarse para abajo, como rió que baja por montaña. ¡Suculenta estaba la cerveza! Al percatarme de ello empecé a filosofar tontamente, buscando juegos de palabras. Opte por un monologo del hecho. “La honey beer es una representación de la vida”. Mucha gente piensa que es amarga pero no si uno la saborea encuentra ese tinte de dulzura, también cuanto más trata de saborear la vida, más se da cuenta de lo hermosa que es; los tragos se hacen más chicos, uno no quiere terminar con su vida, empieza a regularse… pero lo más seguro es que al llegar al final se hace un fondo para que no quede ese final tan poco apreciado. Si me voy, me voy por la puerta grande… nada de irse silbando bajito. Lamentablemente la vida no se puede pedir nuevamente al señor que se encuentra al otro lado de la barra, pero en mi caso estaba en la misma situación, no tenía más dinero.

Empezaron a hacer efecto las otras cervezas, y decidí ir al baño. Estaba solo, y buscaba compañía. Aproveche el efecto y decidí acercarme a unas señoritas que estaban cercanas a la barra. ¿Disculpen, me cuidan la cerveza mientras voy al baño? Si, no hay problema, anda tranquilo. Gracias.
Enfile para el baño, mientras hacia lo que usualmente se hace luego de tomar un par de cervezas, pensaba que conversación podía inventar para lograr un acercamiento con las damas.
Termine, me lave las manos, y volví con las mujeres, con un gran caudal de ideas para ganarme su afecto y algo más.

Observo la barra y sus alrededores. Las damiselas, no estaban. Mi cerveza tampoco.

¡Pero que PUT·% del OR#&! ¡Me punguearon la birra! (Por mi adentros, mi vida, mi monólogo, mi cerveza, todo se esfumo)