08 febrero, 2008

El Creador creó la Creación

La otra vez estuve pensando en ello, no pensaba en ello en sentido filosófico, ni religioso, ni mucho menos espiritual; pensaba en ello por las palabras… el verbo, el sujeto y el predicado tienen la misma raíz, todas ellas surgen de la palabra “crear”. Sé que no es tan profundo pero una cosa llevo a la otra y llegue a un revés, en el juego de palabras llegué a muchas otras oraciones iguales:

El orador ora una oración.

El pensador piensa un pensamiento.

El soñador sueña un sueño.

El actor actúa una actuación.


Pero luego llegué a la encrucijada:

El frustrador frustra una frustración.


¡Un momento! ¿Puede un frustrador frustrar una frustración? Al frustrar la frustración, evita la misma, por ende no es frustrador. ¿En que caso el frustrador puede mantener su nombre si frustra una frustración?

Aunque no lo crean es posible. La frustración, en potencia puede ser una gran compañera. No toda frustración es mala, algunas veces al frustrar la misma se puede frustrar a la persona que la estaba padeciendo. Daremos un ejemplo pues sino el uso de la palabra “F” será insoportable y a la vez confundirá al lector produciendo al mismo tiempo una frustración.

Que mejor que mi titulo para ejemplificar: digamos que Dios (Alá, Jah, o como quieran llamarlo; y sino creen, no importa, el ejemplo es lo importante) estaba muy aburrido una vez, estaba solo, estaba con un embole del tamaño del Universo. Abrió su gran saco de nada y sacó una gran masa de nada, pero como era Dios, le dio una forma (como si fuese una plastilina titánica). Una forma redonda amorfa. Al terminar se dio cuenta que no se estaba divirtiendo, que lo que hizo no era nada entretenido, y eso lo empezó a frustrar.

¡Soy Dios! Reflexionaba, tendría que poder hacer algo recreativo si quisiera… ¡después de todo soy el Alfa y el Omega!

Mientras pensaba y meditaba, paso El Frustrador (ente apocalíptico del cual nadie sabe de donde apareció, ya que ni Dios sabe de donde salió) y hizo una acotación en idioma frustro, idioma que Dios nunca inventó, pero como es Dios lo comprendió, lo tradujo y me lo envió por mail.

¡Que lindo rombo!

Rombo? No es un rombo, es una pelota.

Ah… hubiese apostado que era un rombo, pero bueno tu eres Dios, si decís que un rombo es una pelota, así será.

No, no es eso, es que realmente quise hacer una pelota.

Y que magnífica pelota, ciertamente hermosa.

Pero pero… vos me dijiste rombo.

No me hagas caso, ¿Quien soy yo para decirte que eso es un rombo? Se me hace tarde, nos vemos luego, que te diviertas con tu rom… pelota.


Esa fue la primera vez que un frustrador frustró una frustración. La frustración de Dios, fue crear una pelota gigante para darse cuenta que no le sirvió para evitar el tedio. Pero el Frustrador, le metió el dedo en la llaga (después le hizo lo mismo a un tipo llamado Tomás, cuando lo desafió a que haga lo mismo con un tal Jesús). Frustró su frustración, pero en vez de anularla, la duplicó.



Dios se disgustó mucho e hizo mierda la rombólica pelota. Algunos llaman a esto el Big Bang, yo la llamo la Primer Frustración.

1 comentario:

charly dijo...

Muy buena la relacion entre la destruccion de la bola rombolica y el big ben


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